La elaboración de un vino rosado.

Elaboración rosado para web

Quizá haya quien piense en un vino rosado como en un vino de baja calidad e, incluso, al hablar de ellos, se oiga la típica mención al “clarete”.

Nada más lejos de la realidad.

Afortunadamente el consumidor empieza a valorar este tipo de vinos, cuya elaboración es, probablemente, una de las más complejas. Se trata de uno de los vinos que más trabajo da a los departamentos de enología y, precisamente por eso, hemos querido dedicar el post de hoy a los vinos rosados y su elaboración.

Lo primero que tenemos que aclarar es que se trata de elaboraciones muy similares a las de los vinos blancos pero realizada con mostos procedente de variedades tintas. Según la legislación de cada denominación, podrá incluir también mosto procedente de variedades blancas.

Además, hay dos tipos de vinos rosados: el procedente del prensado y el procedente del sangrado.

Así pues, el proceso comenzaría en ambos de la misma manera: tras la recepción de uvas en bodega en la época de vendimia, comenzaría el despalillado y el estrujado.

En el caso del primer tipo de rosado, el siguiente paso sería el prensado, que consiste en, como su propio nombre indica, prensar la uva para la obtención del mosto.

En el caso del segundo tipo de rosado, tras el estrujado, en vez del prensado, se procedería a introducir la pasta obtenida en un depósito (encubado) para después macerar el mosto con los hollejos y pulpa de la uva. Una vez finaliza la maceración, llegaría el momento del sangrado que consiste en extraer el mosto por gravedad en lugar de prensando la pasta.

Una vez está el mosto listo, ambos tipos de rosado vuelven a compartir el proceso de elaboración.

La siguiente fase sería el desfangado para tener el mosto lo más limpio posible, y el arranque de la fermentación alcohólica.

Finalizada la fermentación, se procede a la clarificación, estabilización, filtración y, por último, el embotellado.

 

¡Y ya estaría listo para consumir!

En nuestro caso, para nuestro rosado Cuatro Pasos, escogemos la mencía más fresca procedente de viñedos con poca influencia del sol, poco estrés y vendimiada un poco antes que en el caso de los tintos para mantener la acidez. Además, lo sometemos a una crianza sobre lías para ganar en untuosidad y en complejidad aromática. Apetece, ¿verdad?

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