Fase visual de la cata
¿Habéis hecho alguna cata? Os enseñamos los pasos esenciales para disfrutar de nuestros vinos agudizando los cuatro sentidos. ¡Empezamos con la fase visual!
El primer sentido que involucramos en una cata es la vista. Simplemente con mirar, el vino nos hablará de su edad, variedad y estado.
Para ello, sostened la copa por la base, así no ensuciaréis la copa ni calentaréis el vino. Además, es necesario colocar la copa, ligeramente inclinada, sobre un fondo blanco y bien iluminado para poder apreciar mejor el color.
El color
Una vez preparados analizaremos el color de los tintos, que tienen la gama cromática más grande. Su color es diferente en función de la variedad de uva, la elaboración y la crianza. Así, encontraréis diferentes colores como el rojo, rojo cereza, sangre, anaranjado, teja, granate, púrpura, rojo picota, negro…
Ante tal variedad de colorido os damos una pista para poder identificarlos mejor. Si el vino tiene tonalidades moradas o violetas es joven, mientras que los tonos más teja o terrosos, nos dicen que el vino tiene una elaboración más compleja.
Un rosado joven, como nuestro Cuatro Pasos rosado, lo veréis ser luminoso, brillante, de color rosáceo, intenso y vivo. Al madurar, sin embargo, los rosados adquieren tonos más asalmonados y cebollas.
La fluidez
Cuando hablamos de fluidez en un vino nos referimos a su viscosidad. Lo podemos ver al hacer movimientos rotativos con la copa. Se forma un goteo adosado al cristal y se dice que el vino llora.
Cuando las lágrimas caen rápidamente por la pared de la copa, significa que tiene poco alcohol. Al contrario, cuando cae lentamente significa que tiene un grado alto de alcohol y glicerina.
Así, si el vino manifiesta un lloro deficiente, se aplica el término de acuoso, líquido o fluido. En caso contrario, untuoso, graso o glicérico.
Una vez hemos acabado esta primera fase visual, podemos pasar a la fase olfativa de la cata, pero mientras ¿practicamos con uno de los vinos de Bodegas Cuatro Pasos?